Dos hermanitos muy igualitos,
en llegando a viejecitos
abren los ojitos.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
De día llenos de carne, de noche con la boca al aire.
Puedes llevarlo en el pelo y, a veces, en los zapatos, se coloca en la cintura y en el rabo de los gatos.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.