Dos hermanitos muy igualitos,
en llegando a viejecitos
abren los ojitos.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
