Dos hermanitos muy igualitos,
en llegando a viejecitos
abren los ojitos.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Por la noche me lo pongo, por el día me lo quito y en la siesta lo uso un poquito.
Me pisas y no me quejo, me cepillas si me mancho, y con mi hermano gemelo bajo tu cama descanso.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
Mi padre al cuello la ata y, poco a poco, la aprieta hasta llegar a su meta.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
