adivinanzas para niños

Dos hermanitos muy igualitos,
en llegando a viejecitos
abren los ojitos.

 

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El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.

En las manos de las damas casi siempre estoy metido, unas veces desplegado otras veces recogido.

Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.

No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!

Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.

Aunque las adornamos a ellas cuando no tenemos carreras, la gente tiene manía de no llamarnos enteras.

Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.

Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.

Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.

Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.