Dos hermanitos muy igualitos,
en llegando a viejecitos
abren los ojitos.
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Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
Dos hermanitos muy igualitos, en llegando a viejecitos abren los ojitos.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
