Dos niñas asomaditas,
cada una a su ventana,
lo ven y lo cuentan todo,
sin decir una palabra.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Uno larguito, dos más bajitos, otro chico y flaco, y otro gordazo.
Unas son redondas, otras ovaladas, unas piensan mucho, otras casi nada.
Al dar la vuelta a la esquina tropecé con un convento, las monjas iban de blanco y el sacristán en el centro.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
Tiene grandes pabellones, pero no tiene habitaciones.
Cueva con treinta y dos machacantes que dispone de un solo habitante.
Son dos cortinas en dos ventanitas que bajando ocultan dos niñas bonitas.
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Pozo hondo, soga larga, y si no se dobla no alcanza.
Atrás panza y delante espinazo, aciértamelo pedazo de ganso.
