En el campo fui nacida,
vestida de verdes ramas,
y al pueblo me trajeron,
para servir a las damas,
a mí todo me regalan,
caramelos, miel, melada,
mas yo todo lo reparto,
porque no sé comer nada.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Pequeña como una pera y alumbra la casa entera.
Te lo digo y no me entiendes, no tengo boca y si tengo dientes
De nada me sirven, estas cuatro patas, que quieta estoy siempre, sobre mí, el durmiente.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
En el buen tiempo a nadie marea, en cuanto llueve repiquetea.
Poseo dientes y ojos y para hacerme trabajar me has de meter en cerrojos.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
