En el campo fui nacida,
vestida de verdes ramas,
y al pueblo me trajeron,
para servir a las damas,
a mí todo me regalan,
caramelos, miel, melada,
mas yo todo lo reparto,
porque no sé comer nada.
más adivinanzas de cosas de la casa...
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.
No pienses que es una col, o que baila el chachachá; búscala sobre tu cama, que yo te la he dicho ya.
Un animalito con cuatro dientes, que nos trae comida muy diligente.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
Soy de cabeza redonda y me sostengo en un solo pie. Soy de tal fortaleza que a Dios hombre sujeté.
Lámina que no se ve y nos protege del viento. Aunque la atraviesa el sol, se empaña con el aliento.
Sube llena, baja vacía, y si no se da prisa, la sopa se enfría,
Todos me buscan, para descansar, si ya te lo he dicho, no lo pienses más.
En lo más alto me ponen para que el viento me dé, soy guía para los hombres y siempre estoy de pié.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
