En el campo soy hallada
y al fuego alimento.
Donde quiera que soy llevada,
es para darme tormento.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido, muchas veces se equivoca.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
¿Quién será la desvelada, lo puedes tú discurrir? día y noche está acostada y no se puede dormir.
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
Es un campo colorado con los surcos muy derechos; muy en alto está situado e inclinado de dos lados.
Quien me mira se refleja así nadie tendrá una queja.
En el campo fui nacida, vestida de verdes ramas, y al pueblo me trajeron, para servir a las damas, a mí todo me regalan, caramelos, miel, melada, mas yo todo lo reparto, porque no sé comer nada.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
