En el campo soy hallada
y al fuego alimento.
Donde quiera que soy llevada,
es para darme tormento.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Ruedo y ruedo, y en los bolsillos me quedo.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
Durante el verano escondido, en el invierno encendido.
Los tejados protejo y buenas canales dejo.
Golpe va, golpe viene y en su puesto se mantiene.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
Sube llena, baja vacía, y si no se da prisa, la sopa se enfría,
Aunque al dormir me consultan, nunca suelo contestar.
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
