En el campo soy hallada
y al fuego alimento.
Donde quiera que soy llevada,
es para darme tormento.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
Su forma es de pera, aunque es de cristal da luz sin espera para cada cual.
En la mesa me ponen y sobre mí todos comen.
Tengo patas bien derechas, mas no me puedo mover, llevo a cuestas la comida y no la puedo comer.
Dicen que quien lo tiene es muy gracioso, se sacude en la mesa contra lo soso.
Tiene luna, no es planeta; tiene marco y no es puerta.
Estoy dentro de él y no puedo entrar en él.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
