En un huerto no muy llano
hay dos cristalinas fuentes,
no está a gusto el hortelano,
cuando crecen las corrientes.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Como la piedra son duros, para el perro un buen manjar, y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
En un huerto no muy llano hay dos cristalinas fuentes, no está a gusto el hortelano, cuando crecen las corrientes.
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
Porque no se caiga pagan, pero, si se cae, nadie se agacha a recogerlo.
Tengo un tabique en el medio y dos ventanas a los lados por las que entra el aire puro y sale el ya respirado.
Vive en la panza y se enseña en ciertas danzas.
Ordenes da, órdenes recibe, algunas autoriza, otras prohíbe.
A muchos se lo suelen tomar si antes no se ha ido a pelar.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
