Hay en la plaza nueva
un monte, y en él dos cuevas.
Más abajo un pozo hondo
que tiene el brocal rojo.
Altas ventanas, iguales,
y en ellas, dos niñas bellas
que, a través de los cristales,
todo lo ven y lo observan.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Unas son redondas, otras ovaladas, unas piensan mucho, otras casi nada.
Porque no se caiga pagan, pero, si se cae, nadie se agacha a recogerlo.
No es reloj, pero hace TIC TAC, no usa pilas pero no para de andar...
Aunque sepas ésto, mago no serás, si no sabes dónde, lo digerirás.
Dos hermanos sonrosados, juntos en silencio están, pero siempre necesitan separarse para hablar.
Dos niñas asomaditas, cada una a su ventana, lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.
Oscuro fue mi nacimiento, y de blanco me vestí. Pocas personas me quieren, mas tienen respeto por mi. ¿Qué es?
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
