Hay en la plaza nueva
un monte, y en él dos cuevas.
Más abajo un pozo hondo
que tiene el brocal rojo.
Altas ventanas, iguales,
y en ellas, dos niñas bellas
que, a través de los cristales,
todo lo ven y lo observan.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Una señora, muy enseñoreada, siempre va en coche y siempre va mojada.
Vive en la panza y se enseña en ciertas danzas.
Oscuro fue mi nacimiento, y de blanco me vestí. Pocas personas me quieren, mas tienen respeto por mi. ¿Qué es?
En la jirafa descuella, bajo la barba del rey, lo tiene cualquier botella, la camisa o el jersey.
Como la piedra son duros, para el perro un buen manjar, y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
Podrás tocarlos, podrás cortarlos, pero nunca contarlos.
Al revolver una esquina me encontré con un convento, las monjas vestidas de blanco, la superiora en el centro, más arriba dos ventanas, más todavía un par de espejos y en lo más alto la plaza donde pasean los caballeros.
Dicen que son de dos, pero siempre son de una.
Enfundados siempre van y hay que tener cuidado con las patadas que dan.
Ordenes da, órdenes recibe, algunas autoriza, otras prohíbe.
