Hay en la plaza nueva
un monte, y en él dos cuevas.
Más abajo un pozo hondo
que tiene el brocal rojo.
Altas ventanas, iguales,
y en ellas, dos niñas bellas
que, a través de los cristales,
todo lo ven y lo observan.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Vive en la panza y se enseña en ciertas danzas.
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Pozo hondo, soga larga, y si no se dobla no alcanza.
Unas son redondas, otras ovaladas, unas piensan mucho, otras casi nada.
Dos niñas van a la par, y no se pueden mirar.
Sólo tres letras tengo pero tu peso yo sostengo. Si me tratas con cuidado, te llevaré a cualquier lado.
Dos hermanos sonrosados, juntos en silencio están, pero siempre necesitan separarse para hablar.
Dos estrellas se han perdido, en el cielo no aparecen, en tu casa se han metido y en tu cara resplandecen. ¿Qué son?
¿Qué instrumento se puede escuchar, pero no se puede ver ni tocar?
Dos fuentes muy cristalinas están en medio de un llano y cuando las fuentes manan no está muy contento el amo.
