Hay en la plaza nueva
un monte, y en él dos cuevas.
Más abajo un pozo hondo
que tiene el brocal rojo.
Altas ventanas, iguales,
y en ellas, dos niñas bellas
que, a través de los cristales,
todo lo ven y lo observan.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Entre dos murallas blancas hay una flor colorada, que con lluvia o con buen tiempo, está siempre bien mojada.
¿Quién seré yo que encerrada soy donde quiera que voy, me encuentro siempre mojada y al cielo pegada estoy.
Juntos vienen, juntos van, uno va delante, otro va detrás.
Dos niños en un andén, por más que se acerquen, no se ven. ¿Qué es?.
Parecen persianas, que suben y bajan.
Una señora, muy enseñoreada, siempre va en coche y siempre va mojada.
Pozo hondo, soga larga, y si no se dobla no alcanza.
Tengo un tabique en el medio y dos ventanas a los lados por las que entra el aire puro y sale el ya respirado.
Enfundados siempre van y hay que tener cuidado con las patadas que dan.
Si aciertas esta pregunta, te anotarás un buen tanto: ¿qué cosa acabada en punta tienes entre risa y llanto?
