Hoy cuando me levanté,
puse uno en cada pie.
Como no son los zapatos,
dime tú… ¿qué puede ser?
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Colgada voy por delante y al hombre hago elegante.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Tengo copa y no soy árbol, tengo alas y no soy pájaro; protejo del sol a mi amo, en invierno y en verano.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Una piel que es otra piel, una mano que no es mano y el frío se aguanta bien.
