La cara que yo acaricio,
dejo de seda al momento,
porque ni un pelo se resiste
a mi marcha, ¡buen invento!
más adivinanzas de cosas de la casa...
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Tiene luna, no es planeta; tiene marco y no es puerta.
Aunque no hable, lo cuenta todo por cable.
Con patas y espalda, no se mueve ni anda.
¿Que le pones a una caja que la hace más ligera?
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Un animalito con cuatro dientes, que nos trae comida muy diligente.
Aunque yo nunca me mueva por mí suben, por mi bajan; soy de diversas materias y mi utilidad la halagan.
No soy el sol, tampoco el fuego; pero la casa bien que caliento.