La cara que yo acaricio,
dejo de seda al momento,
porque ni un pelo se resiste
a mi marcha, ¡buen invento!
más adivinanzas de cosas de la casa...
Sale de la sala, entra en la cocina, meneando la cola como una gallina.
Un campo bien labrado no gasta reja ni arado.
Al nacer fui maltratada, mi dueño me tiene amor, y aunque soy mujer honrada, me suele tener atada y con guardas mi señor.
Soy liso y llano en extremo, y, aunque me falta la voz, digo en su cara a cualquiera la más leve imperfección; contesto al que me pregunta sin lisonja ni aflicción, y si mala cara pone, la misma le pongo yo.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Puede ser de Persia, puede ser de Ana, por más que se enrolle, se ve en la ventana.
Es una caja habladora, que vive en todas las casas, y se calla a muy alta hora.
Chiquita como un ratón guarda la casa como un león
Tengo dientes y no muerdo, desenredo con cuidado, caminos abro en tu pelo, ya sea liso o rizado.
¿Quién será la desvelada, lo puedes tú discurrir? día y noche está acostada y no se puede dormir.