Mi padre al cuello la ata
y, poco a poco, la aprieta
hasta llegar a su meta.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Me lleváis, me traéis, y si sois nuevos quizás me mordéis.
Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Aunque la quite del agua, sigue en agua.
Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
Para salir a la esquina ponte pan en el talón y camina.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?