¿Quién seré yo que encerrada
soy donde quiera que voy,
me encuentro siempre mojada
y al cielo pegada estoy.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Dos niñas asomaditas, cada una a su ventana, lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.
Cinco hijitos tiene cada una y dan tortazos como ninguna.
Cueva con treinta y dos machacantes que dispone de un solo habitante.
Porque no se caiga pagan, pero, si se cae, nadie se agacha a recogerlo.
¿Cuál es la mitad de uno?
Hay en la plaza nueva un monte, y en él dos cuevas. Más abajo un pozo hondo que tiene el brocal rojo. Altas ventanas, iguales, y en ellas, dos niñas bellas que, a través de los cristales, todo lo ven y lo observan.
Entre dos murallas blancas hay una flor colorada, que con lluvia o con buen tiempo, está siempre bien mojada.
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
A muchos se lo suelen tomar si antes no se ha ido a pelar.
Guardada en estrecha cárcel por soldados de marfil, está una roja culebra, que es la madre del mentir.
