Soy liso y llano en extremo,
y, aunque me falta la voz,
digo en su cara a cualquiera
la más leve imperfección;
contesto al que me pregunta
sin lisonja ni aflicción,
y si mala cara pone,
la misma le pongo yo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Una señorita de carnes muy blandas, que sin ser enferma siempre está en la cama.
Yo tengo calor y frío, y no frío sin calor, y sin ser ni mar ni río, peces en mí he visto yo.
Pino sobre pino, sobre pino, lino, sobre lino, flores y alrededor amores.
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
En lo más alto me ponen para que el aire me dé. El aire me zarandea, Y siempre lo miro a él.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
Que timbre y número tenga y en verdad portal no sea es cierto, y el que desea hablar por él, no lo cuelga.
Es una pera colgada que toda la casa alumbra sin tener humo ni llama.
