Soy liso y llano en extremo,
y, aunque me falta la voz,
digo en su cara a cualquiera
la más leve imperfección;
contesto al que me pregunta
sin lisonja ni aflicción,
y si mala cara pone,
la misma le pongo yo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Adivíname ésa.
En un cuarto me arrinconan sin acordarse de mí, pero pronto van a buscarme cuando tienen que subir.
Cuando la entrada yo les prohíbo, son muchos golpes los que recibo.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
Es tu favorita cuando sientes frío; la encuentras escrita en el verso mío.
Como conoce la clave, gira por su laberinto y deja entrar al recinto.
Su forma es de pera, aunque es de cristal da luz sin espera para cada cual.
Una caja en tu casa que te sube y que te baja.
¿Quién pensaréis que yo soy, que cuanto más y más lavo, mucho más sucia me voy?
Aunque de comida voy cargado, la gente me vacía, y nunca soy tragado.
