Una copa redonda y negra,
boca arriba está vacía,
boca abajo está llena.
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Redondito, redondón, no tiene tapa ni tapón.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
¡Escapa, escapa! que esto que te digo, aunque no te obligo, te abriga y te tapa.
Una copa redonda y negra, boca arriba está vacía, boca abajo está llena.
Me pones y me quitas, me tomas y me dejas, conmigo no tiritas y estoy hecho de madejas.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.