Una señora,
muy enseñoreada,
siempre va en coche
y siempre va mojada.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Dos estrellas se han perdido, en el cielo no aparecen, en tu casa se han metido y en tu cara resplandecen. ¿Qué son?
Al dar la vuelta a la esquina tropecé con un convento, las monjas iban de blanco y el sacristán en el centro.
En un huerto no muy llano hay dos cristalinas fuentes, no está a gusto el hortelano, cuando crecen las corrientes.
¿Cuál es la mitad de uno?
Al revolver una esquina me encontré con un convento, las monjas vestidas de blanco, la superiora en el centro, más arriba dos ventanas, más todavía un par de espejos y en lo más alto la plaza donde pasean los caballeros.
Dos niñas asomaditas, cada una a su ventana, lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
Dos niñas van a la par, y no se pueden mirar.
Del nogal vengo, y en el cuello del hombre, me cuelgo.
