Vivo en el campo y en una ciudad grande,
y soy chico pero me usan por igual,
si dices mi nombre solo dirás la mitad.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
No me utilizan los patos más me llevan de apellido, con «Z» empieza mi nombre, ¡y ya el resto es pan comido!
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Rodeo cuellos y cuellos, tanto de ellas como de ellos.
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Con varillas me sostengo y con la lluvia voy y vengo.
Ani lloró todo el día; perdió lo que más quería
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Nuestra dueña nos coloca uno a cada lado, siempre pendientes, siempre colgados.
Tengo cinco habitaciones, en cada una un inquilino, en invierno cuando hace frío, están todos calentitos.
