Al revolver una esquina
me encontré con un convento,
las monjas vestidas de blanco,
la superiora en el centro,
más arriba dos ventanas,
más todavía un par de espejos
y en lo más alto la plaza
donde pasean los caballeros.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Juntos vienen, juntos van, uno va delante, otro va detrás.
Pozo hondo, soga larga, y si no se dobla no alcanza.
Laterales parapetos, que van siempre por parejas, les encantan los secretos.
Dos estrellas se han perdido, en el cielo no aparecen, en tu casa se han metido y en tu cara resplandecen. ¿Qué son?
Cuando sonríes asoman blancos como el azahar unas cositas que cortan y que pueden masticar.
Dicen que son de dos, pero siempre son de una.
¿Qué instrumento se puede escuchar, pero no se puede ver ni tocar?
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Vive en la panza y se enseña en ciertas danzas.
Parecen persianas, que suben y bajan.
