Dos guaridas cálidas
con sus escondrijos,
para dos hermanas
y sus quintillizos.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Ahí vienen dos: uno se moja y el otro no.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Tamaño de una cazuela, tiene alas y no vuela.
Vivo en el campo y en una ciudad grande, y soy chico pero me usan por igual, si dices mi nombre solo dirás la mitad.
Resuélveme este dilema: «soy una, pero soy media».
Hoy cuando me levanté, puse uno en cada pie. Como no son los zapatos, dime tú... ¿qué puede ser?
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Se pone para dormir, aunque no es un camisón, puede ser de lana, seda o algodón.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.