Ruedo y ruedo,
y en los bolsillos me quedo.
más adivinanzas de cosas de la casa...
Cuatro patas tiene y no puede andar también cabecera sin saber hablar.
Llevo secretos a voces, corriendo por esos mundos y sin que nadie los oiga los doy en unos segundos.
Fui a la plaza y compré un negrito. Llegué a la casa y se puso coloradito. ¿Qué es?
La cara que yo acaricio, dejo de seda al momento, porque ni un pelo se resiste a mi marcha, ¡buen invento!
Muchos golpes recibe cuando a la gente, la entrada prohíbe.
Cabecita fría la noche haces día cuando te restriego, cabeza de fuego.
Hay un hijo que hace nacer a la madre que le dio el ser.
Ni corre, ni vuela, pero siempre te precede, cuando vas o cuando llegas.
Caja llena de soldados, todos largos y delgados, con gorritos colorados.
Cabezón y muy delgado, que se pone siempre negro, después de haber sido frotado.
