Uno larguito,
dos más bajitos,
otro chico y flaco,
y otro gordazo.
más adivinanzas del cuerpo humano...
Parecen persianas, que suben y bajan.
Cuando sonríes asoman blancos como el azahar unas cositas que cortan y que pueden masticar.
Una señora, muy enseñoreada, siempre va en coche y siempre va mojada.
Dos niñas asomaditas, cada una a su ventana, lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.
Atrás panza y delante espinazo, aciértamelo pedazo de ganso.
Dicen que son de dos, pero siempre son de una.
Como la piedra son duros, para el perro un buen manjar, y sin ellos no podrías ni saltar ni caminar.
Adivina, adivinanza, tiene un solo ojo y una cara ancha.
Podrás tocarlos, podrás cortarlos, pero nunca contarlos.
Enfundados siempre van y hay que tener cuidado con las patadas que dan.
