Redondito, redondón,
no tiene tapa ni tapón.
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Tengo corazón sin ser persona, tengo bata sin ser mujer. y el hombre elegante me lleva delante.
Pisados, siempre en el suelo, recibiendo malos tratos, y sin señales de duelo.
Juntos, en ovillo, duermen los mellizos; cuando se separan, estirados andan.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
El pie tapo al instante igual que si fuera un guante.
Soy de piel o paño gordo y me adhiero a tu cuerpo, para que no pases frío cuando llega el invierno.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
Dos guaridas cálidas con sus escondrijos, para dos hermanas y sus quintillizos.
No he de darte más razones, sin mi perderías los pantalones.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
