Redondito, redondón,
no tiene tapa ni tapón.
más adivinanzas de ropa y vestuario...
Mi ser por un punto empieza, por un punto ha de acabar, el que mi nombre acierte sólo dirá la mitad.
Destacan en las orejas creyéndose independientes, van casi siempre en parejas.
Chiquito, redondo, barrilito sin fondo.
En tus manos estoy limpio, en tus ventanas me ensucio, si sucio, me ponen limpio, si limpio, me ponen sucio.
Santa con nombre de flor, y, a pesar de este retrato, me confunden con zapato.
De pergaminos, o sedas, o papel hechos estamos; en verano gusto damos; las manos han de estar quedas, si es que nuestro oficio usamos.
Guardado en invierno, lo luzco en verano, es mi único traje en sitios de baño.
Redondo, redondo, sin tapa, sin fondo.
Con dos patas encorvadas y dos amplios ventanales quitan sol o dan visión según sean sus cristales.
Tienen justo cinco dedos como la mano; se rellenan en invierno, se vacían en verano.
